Al igual que en otros aparatos modernos de rayos X, el mamógrafo debe rectificar la corriente
alterna de uso generalizado en corriente contínua. Existen diferentes procedimientos para ello, desde
la forma más sencilla de la autorectificación de los aparatos dentales hasta los convertidores de alta
frecuencia; con éstos últimos se consigue prácticamente una corriente contínua y constante, lo que
conlleva una falta de variación cíclica de voltaje, una menor dosis de radiación al paciente, una
máxima homogeneidad de las longitudes de onda , el menor tiempo de exposición posible y, por tanto
se evita al máximo la borrosidad cinética, sobretodo los movimientos involuntarios de la mama
izquierda producidos por el latido cardíaco. Hoy día todos los mamógrafos deben ser equipos con
convertidores de alta frecuencia.
- Miliamperaje.
Necesariamente es muy elevado. La borrosidad cinética de algunas mamografías comienza a
hacerse manifiesta en la imagen cuando el tiempo de exposición excede de 1 segundo, pero puede
llegar a ser un problema cuando se alcanzan 2 segundos. Con una compresión insuficiente, puede
apreciarse con exposiciones incluso de 0’2 segundos La borrosidad cinética es más fácil apreciarla en
mamas de mayor tamaño, menos compresibles, más fibroglandulares, así como cuando se emplea
parrilla antidifusora. Las mamografías magnificadas son más susceptibles de presentar borrosidad
cinética porque se utiliza el foco fino. Todo lo anterior comporta un incremento de miliamperaje por
segundo (I x t) (mAs), o la necesidad de un mayor tiempo de exposición.
Fig. 6.3.Características del mA del mamógrafo.
Pero además de la posibilidad de borrosidad cinética, los tiempos largos de exposición
pueden disminuir relativamente el ennegrecimiento de la película o pueden hacer preciso el empleo de
mayores dosis de radiación; ya que en el empleo de unidades hoja de refuerzo/película no se cumple
la ley de reciprocidad. Es decir, la película expuesta a la luz que emite la hoja de refuerzo no se
ennegrece proporcionalmente a la cantidad de luz que recibe, sino siempre algo menos. El mismo
número de fotones liberados en tiempos cortos produce un mayor ennegrecimiento que ese mismo
número de fotones liberados en tiempos largos. Dicho de otra forma, la película pierde velocidad a
medida que se aumenta el tiempo de exposición.
Por lo tanto, el generador ha de tener potencia suficiente para poder disminuir el tiempo de
exposición al mínimo posible, para así reducir el movimiento y la borrosidad cinética a la que da lugar y
acortar el tiempo durante el cuál la paciente debe soportar la compresión. En definitiva, debe ser
capaz de producir un elevado miliamperaje.
Para una unidad con dos o más tamaño de foco, el máximo mA es menor para el foco fino. El
mA depende del tiempo de exposición y puede decrecer durante la mísma, así como puede disminuir
en exposiciones repetidas.
Dos aparatos con un mA idéntico pueden precisar dos tiempos de exposición diferentes,
mayor para la unidad que mayor distancia foco/placa posea. Un mamógrafo con mayor distancia
foco/placa precisa mayor mA para obtener el mismo ennegrecimiento. Sin embargo, no se puede
obviamente emplear un generador con mayor potencia de la que se puede aplicar en el tubo de rayos
X.
Un potencial constante se consigue con los generadores de mediana o alta potencia que
suelen incorporar en la actualidad todos los mamógrafos, con potencia en corriente contínua a partir
de 100 mA. En estos momentos también existen aparatos con generadores trifásicos y seis pulsos con
potencias de hasta 800 mA.
El tubo de rayos X es, sin duda, el factor limitante más importante en todos los mamógrafos.
Diseñar y producir tubos de las especificaciones deseadas es un procedimiento altamente complejo.
Es importante que el tubo de rayos X tenga buenas características de disipación de calor (la corriente
electrónica se transforma en un 99% en calor y sólo un 1% en rayos X), para permitir una intensidad
de corriente elevada y por tanto un tiempo corto de exposición. Si el mamógrafo se emplea para la
detección precoz («screening»), la dispersión térmica debe ser suficiente para radiografiar, al menos,
DIEZ pacientes por hora. Lo que para una sesión de 3 horas supone al menos 120 exposiciones.
El aspecto más importante en el diseño de un tubo de mamógrafo es el ánodo. El material
habitualmente empleado es el Molibdeno por su radiación característica de pico a 27 kV (en el rango
útil mamográfico), como contrapartida al amplio espectro de emisión del wolframio (empleado en la
xeromamografía).
Fig. 6.4.Espectro de radiación característica en Mamografía.
El foco requerido depende entre la selección de mamografía normal y la magnificada. Se
recomienda para la primera 0’3-0’5 mm, pero en el caso de la magnificación el tamaño del foco debe
oscilar entre 0’1 y 0’15 mm. Para eliminar o reducir al máximo la radiación extrafocal, se ha discutido
mucho respecto de cuál debe ser el ángulo óptimo del ánodo. Esto puede además ser determinante
en la calidad de imagen
Fig. 6.5. Tamaño del foco en Mamografía.
La carga del tubo es también importante. El foco de 0’1 debe ser capaz de operar a 25 mA
(1kW), y el 0’3 a 100 mA (5.5 kW) para minimizar el tiempo de exposición. Como material de ventana
se utiliza el Berilio por su baja absorción en el rango de energía. La orientación del tubo debe
aprovechar el efecto anódico o talón (heel efect), según el cual, la dosis de radiación o la cantidad de
radiación va disminuyendo a medida que aumenta la distancia a la pared torácica si el cátodo está
junto a ésta y el ánodo enfrentado al pezón.
Desde hace algunos años se están comercializando tubos de rayos X para mamografía con
ánodo de Rodio/Paladio que mejoran ligeramente la imagen mamografía obtenida disminuyendo la
irradiación de la paciente explorada.
https://webs.um.es/mab/miwiki/lib/exe/fetch.php?media=mama1.pdf